Cómo las mujeres justifican su INCAPACIDAD de seguir cabalgando el carrusel de pollas debido al Muro Femenino, y estafan a los betas a los que antes ignoraban.
Las mujeres necesitan crear convenciones sociales para justificar los comportamientos mas vergonzosos de su naturaleza, además de que dichas convenciones, también les ayudan a potenciar dichos comportamientos. Y la sociedad ginocéntrica junto con los medios de comunicación manejados por manginas, están felices de promover estas convenciones sociales inventadas a través de su propaganda.
Es imperativo que los hombres que estamos recorriendo el Camino del Hombre Total, estemos no sólo conscientes de las mentiras de estas convenciones sociales creadas por las mujeres y el abyecto ginocentrismo, si no que además, nos aseguremos de destaparles la mentira y compartir de manera obsesiva la verdad con otros hombres, pues solamente cuando una cantidad suficiente sea consciente de estas falacias y manipulaciones de las que se sirven los seres de luz, dichas mentiras comenzarán a perder su efecto, no dejándoles otra opción que someterse a lo que ellas más odian en la vida: tener que enfrentar la responsabilidad por las acciones y decisiones que ellas mismas tomaron, y lidiar con las consecuencias.
El Muro Femenino: Se les acaba el tiempo
Es bien sabido que si las mujeres pudieran extender su tiempo cabalgando (nunca mejor dicho jeje) el conocido como “carrusel de pollas” (cock carousel), lo harían indefinidamente. El problema lo encuentran cuando llegan a su “Fase de Epifanía“, que es esa etapa cuando se dan cuenta consciente e inconscientemente de que está a punto de “írseles el tren”, y que muy pronto se van a topar de frente e inevitablemente con “el Muro“.
Esta Fase de Epifanía les llega al rededor de los 29 años, y es una etapa más que nada psicológica. Es cuando se dan cuenta que de repente, ya no pueden conseguir el tipo de atención que antes solían obtener.
Primero es un sentimiento que creen que está sólo en sus cabezas, y que intentan ocultar debajo de la alfombra con maquillaje y dándose ánimos entre sus amigas de la misma edad, y aferrándose a series y películas de propaganda ginocéntrica, que pintan a la típica mujer post Muro de más de 35 años, que de pronto se encuentra, a un multimillonario mujeriego que al conocerla, queda prendado por su belleza, pero sobre todo por su “madurez” (edad), su “inteligencia” y su personalidad “fuerte e independiente” (daño mental y egoísmo narcisista), y decide dejar la vida de mujeriego para dedicarle todo su amor y formar una familia con la protagonista 🤣. Y se dicen a si mismas: “¡Qué romántico! Si ella pudo, yo también puedo, sólo es cuestión de seguir buscándome a mi misma (seguir brincando de poronga en poronga…mientras pueda)”.
Los 30 Años de una Mujer: La Fase de Epifanía
Las mujeres intentarán seguir auto engañándose hasta que de pronto la realidad las golpea de una forma súbita e inesperada, y simplemente no pueden seguirla negando más. De pronto tienen que aceptar la realidad: ya no pueden competir contra la nueva camada de chicas de 19 a 21 años que acaba de llegar al mercado sexual. La fiesta se acabó, y las toma totalmente a contrapié.
Deben de tomar medidas, y las deben de tomar rápido. Pues saben que cada día que pasa su valor sexual en el mercado va cayendo en picada, y entre más tiempo pasen, el valor de los hombres a los que tendrán acceso será cada vez menor, por lo que entran en un frenesí desesperado por tratar de engañar al hombre de mayor valor que les sea posible en ese momento.
Para ayudarlas a lograr esto, la hermandad ginocéntrica se ha encargado de crear y repartir mentiras mediante propaganda en la cultura, la ciencia y los medios. Desmantelaremos dichas convenciones sociales así como también analizaremos los propósitos que persiguen a continuación:
Justificación y Estafa: El Falso Reloj Biológico
La plenitud de valor de mercado sexual de las mujeres va de los 18 a los 21 años. A partir de los 23 años, su fertilidad empieza a entrar en declive. Ellas no lo notan, y el ginocentrismo se ha encardado de hacerles creer que tienen “todo el tiempo del mundo”. El feminismo igualmente, al ser un invento creado y patrocinado por el capitalismo corporativo, para entre otras cosas, aumentar la oferta de mano de obra y abaratar los salarios, se ha encargado de adoctrinar a las mujeres con la falacia de que: “deben perseguir su carrera primero, ya tendrán todo el tiempo del mundo para formar una familia después si quieren”. Y las mujeres como seres obedientes que son, y con mentalidad de rebaño, han aceptado esto gustosas, pues esto además, compagina con su estrategia de extender todo lo posible la etapa cabalgando el “carrusel de pollas”, en espera de que con suerte, puedan amarrar a alguno de esos alfas a los que se entregan rápidamente, pues su sexo es el único valor que tienen para intercambiar. Obviamente debido a su escaso valor intrínseco, no logran su objetivo.
Así que al llegar a los 29 años, la convención social a la que recurren es que de pronto “su reloj biológico ha comenzado a sonar” y que de pronto “tienen deseos de tener un bebé y formar una familia”. Así sin mas, de la nada. 😂 Si, claro.
Esto es totalmente falso, pues si fuera cierto ¡su reloj biológico haría comenzado a sonar a los 23 años! Que es cuando su fertilidad, juventud, y por lo tanto, su valor sexual en el mercado comienzan a caer en picada. Los estudios demuestran, que a los 30 años, las mujeres ya han perdido el 90% de sus óvulos fértiles. ¡Noventa porciento! Y siguiendo la tasa de deterioro de su fertilidad, a los 35 años, son prácticamente estériles.
En esencia, si el dichoso “reloj biológico” existiera, éste estaría impeliendo a las mujeres a dejar el carrusel de pollas antes de los 23 años, y a buscar un hombre bueno (como los que se la pasa friendzoneando), para formar a una pareja estable con la cual poder formar una familia y tener hijos, que son esos precisamente los supuestos argumentos que esgrimen las mujeres cuando utilizan la coartada del reloj biológico, para justificar el por qué de buenas a primeras, ahora están listas para “sentar cabeza”.
Sumado a esto, el daño psicológico y emocional que van sufriendo las mujeres con cada distinta pareja sexual que han tenido, lo que les impide crear vínculos afectivos sanos, una mujer después de los 29 años, es una pésima apuesta para cualquier hombre que decida aceptarla para una relación estable. Por lo que ningún hombre de alto valor que se precie, les dedicaría tiempo, más cuando hay tantas mujeres de 18 a 21 años entrando al mercado sexual cada año.
Que no te den Gato por Liebre: ¡No les creas!
Esta es una de las convenciones sociales creadas por el ginocentrismo y por las mujeres, a las que éstas más recurren para esconder bajo la alfombra sus indiscreciones pasadas, y para justificarse con los hombres a los que antes no les daban tiempo de su día, pero que ahora intentarán engañar, vendiéndoles gato por liebre, queriéndolos amarrar ahora que su plenitud ha pasado totalmente y han entrado en plena decadencia, y a los cuales además, les exigirán cosas que nunca les exigieron a los alfas que se la pasaban persiguiendo, y que les dejaban entrar entre sus piernas si pedirles nada a cambio.
En conclusión, una mujer que ha llegado a su etapa de epifanía, que quiere venderte gato por liebre, te pide compromiso y una serie de demandas de las que no esta en posición de pedir, básicamente te está comunicando que ella cree que eres un gilipollas, y que te ha clasificado como un beta proveedor… ¡No le des la razón!
Coméntame qué piensas de esta estrategia de manipulación del ginocentrismo en contra de los hombres, y si algún ser de luz se ha atrevido a decirte que “quiere que primero se conozcan mejor” o “que necesita estar más cómoda contigo antes de pasar al siguiente nivel (sexo)”, cuando muy bien sabes que ha tenido otras parejas de mucho menor valor que tú, y que está tratando de hacer que primero inviertas lo más posible emocional o económicamente en ella, exigiéndote lo que no les había exigido a otros.
Déjanos tus comentarios para que aprendamos juntos.
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